sábado, 18 de julio de 2009

El Poder de la Alabanza 2

Hubo una vez, un soldado fué llevado por el Sargento desde su pelotón al despacho del Teniente Coronel y Capellan a la vez. El soldado se enfrentaba con una acusación del deshonesto y con una temporada en prisión por usar y tratar con drogas. Había sido adicto a las drogas desde muy jovencito, y el tiempo que llevaba en el ejército las cosas habían ido empeorando. Había servido en el Vietnam donde conseguir la droga era tan fácil como comprar "chicle".
- He hecho una confusión de mi vida y ya es demasiado tarde para cambiar- dijo el soldado
La mirada de sus ojos era oscura y desesperada.
- ¿y que piensa ustad acerca de Dios?- le preguntó el capellan-.El tiene el poder de cambiarle.
El soldado, al oír esto, se encogió de hombros.
-¿Por qué ha de hacerlo? -respondió-, si yo jamás he hecho nada por Dios.
- Porque Dios le ama - dijo el capellan, y ha enviado a Jesús para quitar el castigo por cada cosa que usted haya podido hacer. El también puede sanarle.
El soldado lo miró displicentemente.
-He oído hablar de Jesús -dijo-. Me hubiera gustado pedirle que fuera mi Salvador, pero no creo que ahora pueda hacer algo bueno. No puedo dejar de tomar drogas aun cuando me esfuerce mucho. He sido malvado durante demasiado tiempo.
- Dios puede sanarle - dijo confiadamente el capellan-. ¿No cree usted que es más poderoso que las drogas?
El soldado lo miró, en actitud de duda.
-¿Quiere probar? - le preguntó
El soldado movió la cabeza afirmativamente.
- Quiero probar cualquier cosa- contestó- para salir del infierno en que ahora estoy metido.
- Entonces dé ahora mismo gracias a Dios por lo que él hará en estos próximos minutos, y dele las gracias por todo lo que le ha sucedido en su vida, y que le ha conducido hasta este lugar.
- Bien, espero un minuto- añadió el capellan.
Y al decir esto, el soldado lo miró turbado, y dijo: -¿Usted cree que voy a dar garcias a Dios por todas las cosas que me han sucedido en mi vida hasta ahora que soy un drogadictos?
- ¿ No es su estado de dogradicto -contestó el capellan- lo que le lleva a usted hacia Él? Si Dios le sana, le perdona, y le da nuevos impoulsos, vida nueva con Jesús, ¿no piensa que puede darle las gracias por todo lo que le hecho ver que usted le necesita?
La mirada oscura de la duda aún seguía en los ojos del soldado.
- ¿Quiere dejarme que ore por usted?. le preguntó el capellan- Y él movió la cabeza afirmativamente.
Le puso las manos sobre la cabeza, y oró así:
"Amado Padre celestial, gracias porque tú amas a este joven y por guiarle hacia ti. Envíale ahora tu Santo Espíritu para ayudarle a creer que Tú has estado obrando en cada momento oscuro y solitario de su vida para llevarle a Cristo."
Cuando terminó de orar habia una nueva luz en los ojos del soldado.
- Es muy extraño- dijo- pero por alguna razón creo que Dios ha tomado todo lo malo que me ha sucedido y está cambiándolo para bien.
Sus ojos estaban humedecidos, e inclinó su cabeza otra vez, pero ahora para orar por sí mismo pidiendo a Dios que le perdonara por su rebelión y rogando a Jesús que se llegase a él y llevara su vida.
¿Que ocurrió luego? Desafío a mi habilidad para explicarlo. De nuevo puso sus manos sobre su cabeza rogando a Dios que le sanara, que limpiara su mente de todo deseo de la droga y que le llenase de su amor. Sintió una fuerza que fluía a través del joven soldado. Su faz se iluminó como la de un niño y las lágrimas corrían por sus mejillas.
-¡Ha ocurrido!- exclamó-. Ya no necesito más drogas. Jesús vive en mí.
Para el joven soldado era el momento del nuevo nacimiento. Ya no sería más el que fue. Había nacido otra vez, no porque sentía la presencia de Jesús, sino porque había tomado la decisión de confiar en Dios.

Si nuestra relacion con Dios dependiera de nuestro sentimientos, la elección no sería realemente nuestra, ¿no es así? No pedemos elegir cómo sentimos. Pero podemos elegir el confiar, el creer, el tener fe. Somos salvos por La Fe, dice la Biblia. Pero muchos de nosotros tenemos una imagen muy tergiversada de la fe.
"No tengo fe para creer", decimos, y lo que realmente pensamos es: " no me siento seguro".
Fe y sentimientos no es lo mismo.
"Tener fe, pues, es tener la completa seguridad de recibir lo que esperamos, y estar perfectamente convencidos de que algo que no vemos es la realidad (Hebreos 11:1).

(El poder de la alabanza, Merlin R. Carothers)

4 comentarios:

  1. Pienso igual que tú, Mariola, y no porque lo haya leído y escuchado muchas veces, sino por mi propia experiencia. Yo, igual que el soldado, doy gracias a DIOS porque lo verdaderamente importante en mi vida, a pesar de todo lo que me ha pasado, buenas y malas, estoy en su presencia.
    Me siento muy feliz por poder sentir la presencia de DIOS en mi vida, y he estado en situaciones límites, que podían haber acabado con mi vida. El ocho de junio del 2003 sufrí una fibrilación ventricular, de las más graves, "la llamada muerte súbita"; estuve de quince a veinte minutos muertos y regresé, supongo que por la Gracia del SEÑOR. Había cosas que hacer, pues a pesar de ser creyente practicante y militante en grupos eclesiales, en esos momentos que sufrí el ataque estaba alejado, en la línea del hijo prodigo. Y lo más sorprendente que yo le había pedido algo parecido, porque, como el soldado de tu historia, lo necesitaba. Había despertado y descubierto que nada es más importante que el SEÑOR, y que estamos llamados a ÉL. El deseo más profundo del hombre es amar.
    Y muy importante tu observación sobre sentimientos y fe. Es necesario distinguir, porque no se trata de hacer lo que siento, sino lo que debo y descubro que debo hacer: "amar".
    Gracias por tu reflexión y un abrazo en XTO.JESÚS.

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  2. Hola, pasando desde Argentina por invitación de mi gran amiga en Cristo, Artemisa, y agradezco a Dios haberle hecho caso; me ha gustado tu blog, he mirado todas tus entradas y he quedado encantado; qué hermoso que "copemos" la red para proclamar el AMOR divino, para manifestar que somos amados y que ser creyente no es cosa de fanatismo o sentimentalismo barato. Un beso y hasta la próxima

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  3. Gran testimonio Salvador.
    El Señor se vale de muchas cosas para abrirnos los ojos, y que volvamos a la casa del padre como hizo el Hijo Prodigo.Nos da oportunidades y lo digo en plural, porque nos equivocamos una vez tras otra, pero El siempre está ahí, dandonos nuevas oportunidades, abrazandonos de esa manera tan tierna, tan firme, tan dulce, tal y como es El.
    Gracias por tu comentario y por tu testimonio.
    me ha emocionado mucho.
    gracias. Bendiciones

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  4. Gracias Ricky por tu comentario.
    siempre seras bienvenido en este humilde blog.
    Es importante que compartamos el amor del Señor con otros hermanos y sobre todo por este medio que es el futuro, que se note que estamos, que HAGAMOS RUIDO¡¡¡ para mayor gloria de Dios.
    Bendiciones desde España

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